viernes, 4 de diciembre de 2015

~ El Blog perdido

Creo que todos necesitamos un lugar al cual podamos escapar cada vez que sea necesario. Este es mi lugar, mi escondite; mi desahogo será realizado a través de las entradas que acá encontrarán. 

¿Qué tan difícil puede ser la vida para una chica de 16 años? ¿Qué tanto puede ella necesitar un escondite? 

Quienes piensen de esta forma probablemente tuvieron una adolescencia bastante placentera, con problemas no mayores a un amor no correspondido, el estudiar para mejorar las notas o el qué usar para la siguiente fiesta... Conste que hice uso de la palabra "probablemente", y es que si hay algo que he aprendido durante los últimos meses es que no puedes meter a todos en el mismo saco. 

No todos los que crees tus amigos lo son en verdad, no todos te ayudan cuando ven que te hacen daño, no todos los maestros se preocupan por sus estudiantes, no todos los directivos hacen realmente algo para solucionar un problema, no todas las historias sufridas acaban encontrando su final feliz, de hecho... hasta ahora ni siquiera estoy segura de que todas las historias tengan realmente un final.

No toda historia incluye problemas amorosos... aunque lamentablemente esta si la tiene, aquello fue el comienzo del peor año de mi vida. Si hubiera sabido todos los problemas que me traería el ser su amiga, lo juro... ni siquiera lo habría saludado el primer día de clases. Pero lo hice, lo vi entrar a la sala y tuve que haber sabido que él era demasiado para mí, debí haber recordado que el status quo no es solo algo de películas o estados unidos, acá también pasa y ahora ya lo tengo claro.

Él era -y sigue siendo- demasiado guapo, con mucho estilo, con todo el potencial de chico popular a pesar de ser nuevo. Yo... tan nada, tan ignorada, tan nerd, tan... gorda y fea.

Aún así supuse un riesgo en los planes de Francisca, o eso supongo... ¿Por qué otra razón habría reunido a sus amigas para ir en mi contra?