- ¿Mina? –escuchó que alguien susurraba
La joven se dio la vuelta y lo que se encontró frente a ella a penas lo
podía creer, no le daba crédito a sus ojos.
- ¿Tyler? –fue lo único que pudo decir
- ¿Monique? ¿De verdad eres tú? –respondió el chico que se encontraba
frente a ella
- ¡Ty! –gritó emocionada tirándose sobre él para abrazarlo y es que
hacer aquello era inevitable en especial después de haber estar 4 años lejos de
él, pensando que probablemente no lo volvería a ver.
- ¿Monique?
- ¿Es lo único que vas a decir? ¿Monique? ¿Monique? ¿Monique? Sí, soy yo
–dijo la muchacha con una sonrisa grabada en el rostro por la felicidad de
volver a ver a su querido amigo Tyler.
Aquel muchacho no había cambiado mucho, es decir estaba más alto, sus
rasgos eran más maduros y su voz había cambiado, pero aquellos rizos que se
formaban en su cabello seguían siendo tan sexy y esponjosos como lo eran la
última vez que lo había visto, sus mirada seguían igual de hermosa y penetrante,
así que realmente no había cambiado mucho.
- ¿Monique? ¡Es decir! ¡Mina!
- Ya deja de repetir mi nombre y mi apodo también. –dijo mientras reía
nerviosa.
- Lo siento, es que… es que no puedo creer que realmente seas tú…
- Pues créelo, soy yo.
- ¡Ay Mina! Te extrañé tanto.
- Y yo a ti –Smith volvió a abrazarlo.
- Pero… ¿Cómo estás acá? Creí que estabas en Estados Unidos
- Ah pues… tomé un avión que me trajo hasta Inglaterra, en el aeropuerto
más cercano, entonces cuando bajé, fui por mis maletas, después de lo que tomé
un taxi que me trajo hasta mi casa, deje mis cosas allí, luego caminé unas
cuadras y…
- No tonta –la interrumpió riendo- me refiero a ¿Por qué estás acá? ¿Qué
estás haciendo? ¿A qué viniste? ¿Por cuánto tiempo?
- Si quieres que me vaya, solo dímelo –en ese momento Monique esbozó una
sonrisa, pero se le estaba oprimiendo el pecho solo al pensar que Tyler le
pidiera que se fuera, que le dijera que ya no la necesitaba en su vida, que no la
quería, que jamás lo hizo.
- ¡No! ¿Cómo crees? Espere tanto tiempo que pasara esto que ahora apenas
puedo creer que te tenga de nuevo acá frente a mí –respondió para el alivio de
la castaña.
- Fueron unos largos 4 años
- Definitivamente, pero ¿me vas a responder?
- Ah claro –dijo recordando el resto de las preguntas que le había hecho
su amigo- pues vine de vacaciones.
- Entonces… ¿volverás a irte? –de pronto apareció un pequeño atisbo de
tristeza en su rostro, aunque Monique no estaba segura de que fuera así.
- No lo sé… la verdad es que me gustaría buscar un lugar donde estudiar
acá, ya soy mayor de edad y tengo una casa acá así que no sería un gran
problema, no quiero volver a alejarme de mi hogar.
- ¿De verdad? ¿Vienes para quedarte?
- Es la idea.
- Al fin recibí mi regalo –dijo sonriendo mientras bajaba levemente la
mirada.
- ¿A qué te refieres?
- Después que te fuiste… para mi cumpleaños todos los años como deseo al
apagar las velas pedía que mi mejor amiga volviera, que volviera y no se fuera
nunca más.
- ¿Estás hablando en serio? –el se limito a asentir algo ruborizado- ¡Que
tierno! Pero cuéntame ¿Qué ha pasado durante estos 4 años? ¿De qué me he
perdido? Y que ni se te ocurra responder “no mucho” porque te llegará un golpe
de mi parte, en ninguna parte pudo haber pasado “no mucho” en 4 años.
- A ver… ¿Por dónde empiezo?
- ¿Qué te parece el principio?
Y así se sentaron los dos jóvenes, en aquella banca que siempre los
albergó cuando eran pequeños, ahora los veía nuevamente reunidos, esta vez un
poco más maduros, más grandes. Estuvieron charlando un poco más de una hora, él
le contaba cosas que ocurrieron durante aquellos años, mientras ella contaba algunas
anécdotas que le ocurrieron en USA… hasta que llegó la pregunta que le oprimió
un poco el estómago a la castaña.
- ¿Y? ¿Qué tal los novios? –Preguntó Tyler de pronto
- ¿Novios? No nada…
- ¿Nada de nada?
- Nada de nada –afirmó la joven algo sonrojada, y así era… su amor por
él seguía intacto y fue por eso que jamás le puso real atención a ninguno de
los muchachos de la escuela, habían varios que andaban tras ella, pero en su
corazón solo había espacio para Ty y sus hermosos rizos- Y… ¿Qué hay de ti? –ese
fue el momento en que su corazón comenzó a latir un poco más lento simplemente
por el temor de la respuesta que él daría.
- ¿Yo? Pues estuve un tiempo con unas chicas, pero ahora… -dudo sus
siguientes palabras por un momento, para finalmente simplemente dirigirle una
sonrisa a su acompañante.
Monique no sabía cómo interpretar aquello ¿ahora qué? ¿Estaba soltero?
¿Estaba con alguien?
- Pero ¿Sabes quiénes corren mejor suerte que nosotros en el amor? –dijo
de pronto Tyler rompiendo el silencio que se había formado
- Ah pues no lo sé…
- Louis y Harry.
- ¿Ah sí? Con que encontraron una chica para ellos –Tyler negó con la
cabeza- ¿entonces?
- Pues digamos que su “bromance” –dijo haciendo unas comillas en el aire
al decir aquella palabra- se convirtió en algo serio y real.
- Tienes que estar de joda.
- Para nada, llevan alrededor de un año y medio oficialmente juntos.
- No te lo puedo creer.
- Tan solo créelo cariño… Es tan bueno tenerte devuelta.
- Te extrañaba un montón –se sincero Smith
- Y yo a ti.
La muchacha recostó su cabeza en el hombro de su acompañante y cerró los
ojos, y es que quería disfrutar ese momento, había soñado tantas veces con volver
a hacer aquello que no podía creer que al fin lo tenía nuevamente a su lado,
que otra vez estaban juntos. Podían oír unos pájaros cantar en los árboles que había
alrededor de aquella plaza, el día estaba perfecto, parecía como si reflejara
el cómo se sentía Mina por aquel hermoso y tan ansiado reencuentro. Pero toda
ésta perfección se vio arruinada por el repentino sonido que provino del
estómago de ella, dando a entender claramente que se encontraba hambrienta.
- ¿Tienes hambre? –preguntó de pronto el chico
- ¿Qué me delató? ¿Mi cara o el que mi estómago sonara grotescamente?
- Creo que fue el hecho de que también tengo hambre e invitarte me sirve
como una excusa para seguir charlando.
- Pues si… tengo hambre.
- Entonces vamos –dijo él parándose de la banca.